martes, 13 de agosto de 2013

CAPÍTULO 1



Eran las 8:58 de la mañana. Yo aún seguía tumbada en mi cama, como siempre me había adelantado al reloj. Hoy era mi 18 cumpleaños, el día más esperado para mucha gente. No se porqué, pero los jóvenes se pasan la vida queriendo llegar a los 18; pero yo no, hoy no es un día especial para mi. No podré ir a la universidad, ni podré irme a vivir sola ni podré tener un coche, básicamente porque no tengo dinero para nada de eso. No haré una gran fiesta, porque no tengo amigos con quien hacerla, y no tendré un montón de regalos especiales, porque solo mis padres y mi hermano estarán conmigo. 
El despertador suena y yo me levanto. Me ducho y me visto sencilla, como siempre; recojo mi pelo castaño en una coleta y lo dejo rizado. Cuando bajo a desayunar...
-FELICIDADES!!- mis padres y mi hermano me esperaban en la cocina con una tarta casera de cumpleaños, tres vasos de leche y dos regalos alrededor.
-Felicidades hija, hoy es un día muy especial- dijo mi madre acercándose a mi para darme un abrazo
-Gracias mamá
-Tata!! Eres muy vieja- ese era mi hermano pequeño, Daniel. Tenía 5 años y me llevaba muy bien con él. Era muy cariñoso y alegre. Lo cogí en brazos y le di un beso en la mejilla
-Tu crees que me estoy haciendo vieja?- fije sobre actuando
-Si, vieja como la bruja de mi cuento- dijo riéndose
-Pues te voy a comer enterito como la bruja de tu cuento- y empecé a hacerle cosquillas mientras él se partía de la risa
-Queréis un poco de tarta?- preguntó mi madre
-Si! Tarta!- gritó mi hermano. Le dejé en el suelo y salió corriendo a sentarse en la mesa
-Felicidades hija, estoy orgulloso de ti- me dijo mi padre dándome un abrazo
-Gracias papá
-Tata, Tata, abre los regalos!- me dijo mi hermano, que ya tenía la boca llena de chocolate
-Cual abro primero?- le pregunté sentándome a su lado
-Ese- dijo señalando un paquete pequeño envuelto en un papel de lunares blancos y rojos- parece un traje de gitana
Yo lo cogí y lo abrí. Era una cajita pequeña y dentro había una pulsera de cuero con pequeños cuarzos rosas.
-Oh, es preciosa- dije mientras me la ponía
-Los cuarzos rosas atraen al amor- me dijo mi madre- además se que te encantan las piedras
-Michas gracias mamá- dije mientras le daba un abrazo y un beso
-Y este es mío- me dijo mi padre entregándome otro pequeño paquete, este envuelto en papel de regalo azul. Dentro estaban las llaves de la furgoneta de mi padre
-Papá... Yo... Yo no puedo aceptar esto
-Debes aceptarlo. Hija, yo ya estoy mayor y no puedo conducir, prefiero que esté en tus manos a que esté oxidándose en un garaje. De ti depende cuidarla y arreglarla, ahora te pertenece a ti.
-Papá muchas gracias de verdad, no me lo esperaba- le di un fuerte abrazo, pero me separé cuando el timbre sonó.
Fui a abrir y...
-Samantha!!- grité antes de lanzarme a sus brazos
-Sorpresa!- dijo abriendo los brazos al separarse de mi- feliz 18 cumpleaños _______
-Pasa pasa- dije dejándole espacio para que pasara- hay tarta en la cocina- le susurré cuando pasó por mi lado
Samantha saludó a mis padres y a mi hermano cuando entró en la cocina
-Y a que has venido?- preguntó mi hermano
-Daniel! Eso no se dice así- le regañó mi madre
-He venido a raptar a tu hermana- le susurró de manera que todos la escuchamos- pero ssh, no se lo digas a nadie



No hay comentarios:

Publicar un comentario